No todo el mundo tiene valor a hablar en público, pues para muchos es una tarea más que complicada y difícil de superar.

Es normal que si tienes que hablar delante de varias personas estés un poco asustado, pues presentar un tema, impartir una conferencia o exponer en un seminario siempre conlleva una serie de nerviosismo, pero nunca hay que dejar que esa sensación nos bloquee e impida que tomemos acción.

A continuación, algunos trucos para acabar con el miedo a hablar en público:

Domina el tema del que hablas porque supone los cimientos de tu exposición en público, genera confianza y disminuye tu nivel de ansiedad.

Cuanto más sabes sobre el tema del que vas a hablar, menos probabilidades tendrás de cometer errores o perder el hilo. Y si te pierdes, lo recuperarás rápidamente. Muchas veces, el miedo a hablar en público que se experimenta es consecuencia de una falta de conocimiento del tema o de una preparación precipitada e insuficiente de la exposición.

Preparar tu intervención en público constituye un excelente ansiolítico natural. Tener todo bien articulado con los conceptos ordenados dejará tu mente más clara durante tu exposición en público.

Ensaya hasta la saciedad las primeras palabras de tu presentación y las últimas con las que vas a despedirte. Apréndelas de memoria.

Desplaza el foco… No pongas el foco en ti, en tus necesidades de brillar, ni en tu obsesión de que todo sea perfecto… Evita iluminar tus miedos a hacer el ridículo, a quedarte en blanco o a no cumplir con tus expectativas. Desplaza el foco en la dirección adecuada: alumbrando a tu audiencia, que es realmente la protagonista de tu intervención. Concéntrate en lo que puedes aportarles, en lo que tú tienes que a ellos podrían ayudarles, en cómo les vas a hacer sentir…. Cuando te olvidas de ti mismo y pones el foco en el otro, el miedo se desvanece.

Llega con tiempo suficiente. Así podrás explorar con calma el espacio, comprobar que todo lo que necesitas está preparado. En definitiva, hacerte con el espacio en el que vas a realizar tu exposición. Una sensación balsámica para arrancar tu exposición en público.

Mantente en buena forma física y mental. Haber dormido bien, sentirte descansado, comer y beber con moderación y no proceder con precipitaciones, son medidas eficaces para alejar el miedo y los nervios.

Por supuesto, nada de alcohol antes de hablar en público, pues entorpece el proceso de pensamiento. La cafeína y en general los estimulantes tampoco son aconsejables, ya que activan en exceso las reacciones corporales y favorecen el nerviosismo.

Mantente relajado y sereno antes y durante tu intervención. Sube al escenario con tranquilidad o accede al espacio en el que vas a desarrollar tu exposición. Mira al público unos instantes mientras saludas o arrancas de cualquier otra manera tu intervención, ajusta el micrófono, organiza tus notas… y comienza a hablar.

Mindfullness o meditación: Técnicas como el mindfullness o la meditación han demostrado ser muy efectivas para encontrar el sosiego que necesitas durante tu intervención en público. Practica en las horas previas a tu intervención. Lo deseable, naturalmente, es su práctica constante, porque es cuando se alcanzan los mayores beneficios.

Tensiones, ¡relax!: Realizar movimientos de extremidades, estiramientos, inclinaciones y giros de cabeza son gestos que te ayudaran a relajar tus tensiones musculares antes de tomar la palabra.